En un momento empresarial que puede marcarse como precedente histórico, asistir a dos encuentros profesionales que tocan temas tan diversos como la gestión empresarial desde la felicidad y la tecnología e innovación como elemento de crecimiento empresarial, generan preguntas de fondo para la estrategia de una organización Cooperativa.
Las cooperativas tienen retos mayores a la hora de planear su estrategia de negocio si buscan estar a la vanguardia con el desarrollo humano y económico de sus colaboradores, asociados y ahorradores.
De cara a los asociados y ahorradores, las Cooperativas tienen el reto de implementar una transformación digital basada en la cultura organizacional, que facilite la adecuación de los procesos internos con miras a la profundización del portafolio; a la vez que se desarrollen productos que eduquen y culturicen a la base social.
No es un reto de corto alcance. Bajo mi perspectiva, el reto que tienen las Cooperativas para que se genere una estructura musculosa con una apuesta clara por el ahorro implica el conocimiento del mercado, las necesidades puntuales y detalladas de usuarios potenciales, las características de productos de la competencia y esas falencias que pueden ser la catapulta en temas de ahorro con lo que podríamos llamar el territorio no colonizado.
Sumado a esto, se necesita conocer incluso las necesidades particulares de capacitación de los colaboradores, sus requisitos básicos para creer en la transformación y cómo abordar las particularidades que tenemos al interior, que potencien desde el sistema interno la captación de ahorradores externos. Creer en los colaboradores puede retornar mayor inversión, bien lo dice Richard Branson “los clientes no son lo primero. Lo primero son tus empleados, si cuidas de ellos, ellos cuidarán de tus clientes”.
En el ‘Encuentro de líderes del sector solidario’ que tuvo lugar el ocho de noviembre en Medellín, Andrés Arias, encargado del Centro para la cuarta revolución (C4IR) en Colombia, dijo: “La convergencia tecnológica implica lo físico, lo tecnológico y digital buscando entenderlo y generar asociaciones en símil con lo humano” (2019) al tiempo que apeló al intercambio de saberes y conocimiento a través del big data y open data.
Pero ¿están las cooperativas dispuestas a sumarse a un requerimiento, más que una tendencia, tecnológica para colaborar con otras cooperativas, industrias, empresas, organizaciones, incluidas las del capitalismo, para seguir avanzando y fortaleciendo otra economía posible?
Es una de esas preguntas que no tienen una única respuesta. Arias ejemplificaba con el caso de Ruanda: gracias a este tipo de implementaciones y la disposición gubernamental, humana y social del país se facilitó la reducción de mortandad a través de drones que transportaban medicamentos a zonas alejadas. A través de una solución tecnológica, los datos abiertos y el Gobierno con la creación de normativas particulares se facilitó la salud a muchos habitantes.
Ahora bien, Andrés Arias también puso sobre la mesa un término que se pondrá de moda quizás, la tecnoantropología que no es otra cosa que la apropiación de la tecnología por parte de los habitantes de una comunidad para facilitar el desarrollo de esta. Un termino que va muy de la mano con Smart Cities.
Pero más allá de eso, del discurso de la C4IR lo más rescatable fue la palabra confianza. Ese mismo término que balancea a las entidades financieras, en especial a las cooperativas que además tienen proyectos como organización social, como impulsoras de proyectos de género y políticos. Y la palabra Confianza se usó para nada más y nada menos que abordar los open data, incluso con un caso: Estonia.
¿Cuál fue la recomendación final? Identificar emprendimientos que estén utilizando tecnologías como blockchain para realizar pilotos con las cooperativas que a su vez impulsen la normatividad que se requiera para vehiculizar estos proyectos.
Luego de esto puedo rescatar la conferencia de Euclides Mance, una intervención que apeló a los círculos económicos solidarios como el modelo de organización para lograr que el dinero circule en los mismos actores que le apuesten a este modelo. Sus ejemplos fueron detonantes y llamó esta economía una economía de liberación donde sean las mismas comunidades quienes logren quitarle al capitalismo un pedazo del pastel con monedas desarrollas incluso por esta organización.
También apela al blockchain como parte de la solución y el uso de recursos como las tiendas en líneas para lograr:
– Plataformas de intercambios que pagan los productos con puntos, no dinero.
– Redes de intercambios no monetarios entre empresarios.
– Plataformas de economía solidaria que generen agremiaciones y conexiones de flujos económicos.
La tarea es grande, pero requiere de compromiso por parte de los líderes y los colaboradores para tener éxito en esa transformación organizacional.
Nos leemos pronto.