En medio de las crisis de las organizaciones o incluso durante sus épocas estables, el reto más grande que tienen los líderes y gestores del clima y cultura organizacional es enamorar a los colaboradores.
Desde hace unos meses me cuestiona la manera en que cada uno de los profesionales aportamos para ese enamoramiento, he dado vueltas por los análisis de las posibles causas de enamorarnos o desenamorarnos, incluso escribí una reflexión de la pandemia con los colaboradores que van sin la camiseta puesta, pero ¿es responsabilidad de quién enamorarse de su empresa?
Es la pregunta del millón de dólares, de euros si se quiere, y la respuesta, para mí, está en los líderes y la estrategia clara de gestión del colaborador. ¿Qué, qué? Sí, gestión del colaborador.
Los colaboradores de una organización tomamos la decisión de estar allí, así como la empresa toma la decisión de contratarnos o mantenernos, pero ambos frentes tienen responsabilidad a la hora de gestionar su relación. Muchas organizaciones dan por hecho que contratarnos ya es suficiente para que respiremos amor por la empresa y así no funciona.
El comparativo directo está en los noviazgos o matrimonio, si alguno deja de dar, se rompe la relación. Funciona igual en las relaciones corporativas. La pregunta es ¿qué hacer? La filosofía y los manifiestos corporativos son una primera parte, ambos deben estar convencidos de que la misión de la empresa y la del colaborador conversan amenamente, si en algún punto uno de los dos no va con el otro, hay una fisura.
Pero más allá de ese convencimiento está la profundización de las relaciones, el mapa de viaje de los colaboradores, la experiencia de usuario del colaborador con la empresa y todas, absolutamente todas las estrategias de mercadeo que normalmente trabajamos para el exterior también deben trabajarse al interior.
Desde hoy, y luego de un año por fuera de este blog, retomaré mis reflexiones comunicacionales, buscando respuesta para ustedes y para mí, pero sobre todo dando pincelazos de qué podemos hacer juntos para desarrollar estrategias de comunicación transversales en nuestras organizaciones.
Nos leemos pronto.
