En tiempos de pandemia como los actuales, la educación se vuelve un factor fundamental para ‘reinventarse’ esa palabra que tanta mella nos ha sacado en esta época. Pero ¿cómo podemos los comunicadores aportar a esta nueva educación? Aquí algunas de mis reflexiones.
Mientras nos dan las noticias de más extensiones de la cuarentena y cierres de comercios, mientras la economía se ve más y más presionada por los resguardos de las personas, pero no hay conciencia del cuidado que debemos tener, a mí me asalta la pregunta de qué debemos hacer los comunicadores, o profesionales en general, para aportarle a la recuperación del país.
Educación, definitivamente esa es una primera salida de largo plazo, de siembra y cosecha en dos, tres o quizás cuatro generaciones más adelante, pero ¿por qué no? ¿por qué no pensarnos el país a largo alcance.
Cada uno puede poner su grano de arena, enseñando a los que están cerca, facilitando su conocimiento para que se generen nuevos emprendimientos, apoyando a esos valientes que se lanzan a ‘reinventar’ su negocio con nuevos canales de venta o incluso a iniciar uno nuevo en medio de la crisis. Hoy el mercado y la vida nos exige flexibilidad, pero sobre todo resiliencia.
Ahí venimos los comunicadores, o los profesionales en general, a aportar con temas simples como un libreto de servicio al cliente indispensable para los nuevos negocios, una estrategia de comunicación digital o un acompañamiento básico en redacción de textos para redes sociales. Cada uno de los profesionales tenemos algo que aportar desde nuestro quehacer, desde el apoyo básico con servicios profesionales o comprar ese producto que están vendiendo.
Hoy mi invitación es a que revises en tu entorno, des una mirada crítica de cuántos y quienes necesitan de tu ayuda, una hora de tu tiempo profesional puede cambiar la vida y el negocio de quienes están cerca.
Nos leemos pronto